Venezuela en manos de proveedores y contratistas
El presidente Hugo Chávez propuso la eliminación de contratistas por ser una forma de corrupción legalizada, pero pudo ser esta la razón de su muerte prematura, pues metió el dedo en plena llaga de la desbordada avaricia mediante la cual, pequeños grupos de poder distribuidos en el país, menos del 5%, se apropian del dinero del 95% de los venezolanos.
Ministros, gobernadores, alcaldes, directores del gobierno nacional, ejecutivos de PDVSA y de empresas básicas están rodeados de pequeños grupos a quienes asignas millonarios contratos y compras para que les reintegren el 20 por ciento. Así ellos y sus familiares se hacen millonarios y el hambre ronca a placer en el estómago de niños, madres y padres de familia de una Venezuela que cada día camina con paso firme hacia la extrema pobreza.
El paquete de misiones sociales que le permitieron al presidente Hugo Chávez superar el 70 por ciento de popularidad y obtener victorias con más de tres millones de votos de diferencia, y que le costó un golpe de estado que lo llevó a centímetros de la muerte en la Orchila, hoy vienen siendo eliminadas a la calladita por el presidente Nicolás Maduro quien ni con el pétalo de una rosa toca el dinero de proveedores y contratistas.
La misión Hijos de Venezuela, con la que el presidente Chávez beneficio a millares de familias en extrema pobreza fue eliminada. Madres del Barrio no cobró aguinaldo. Mercal viene reduciéndose al mínimo. El transporte SITSSA desapareció. Los vuelos solidarios de la Fuerza Aérea desaparecieron. Jessi Chacón anunció más recorte a las clases marginales y las devaluaciones vienen liquidando la clase media que comenzó a caer a los niveles en que vivimos los más pobres.
Estas acciones pusieron en riesgo el control del parlamento por parte del chavismo que puede perder el próximo proceso electoral, aunque nada se perdería porque allí solo están representados los grupos de poder para asegurarse el manejo del dinero, a nosotros los pobres nos toca el hambre.
Al presidente Chávez lo acusaron de populista y apátrida por quitarle una tajada a los grupos más poderosos, convertirla en misiones y entregársela a los más pobres. Un grupo de intelectuales se lanzaron en jauría contra la propuesta de Hugo por, según ellos, desalentar al trabajo. Les faltó tabaco en la vejiga para exigirle al Presidente que no le tocara el dinero a proveedores y contratistas.
Soy pobre, campesino, indio y veguero, pero sigo creyendo que hace falta otro Hugo Chávez o alguien que recoja el morral caído para hacer frente a contratistas y proveedores que, con la muerte de Hugo, regresaron a gobernar a placer desde Miraflores, sin importar que la desnutrición haga estragos entre niños y familias pobres del país.
No se trata de chavismo u oposición, ya que ambos hacen lo mismo, se trata de alguien con justicia en el corazón que entienda que las devaluaciones favorecen a los más ricos y lanzan al fondo de la extrema pobreza a más del 80 por ciento de los venezolanos.
Hace falta un presidente con autoridad que frene la corrupción enquistada en todos los poderes y especialmente en el poder judicial. Hace falta un presidente que entienda que hay que hacer una revolución ciudadana, que permita al país comer de la renta petrolera y que abra mecanismo de participación para que la planificación se haga desde abajo.
Las redes sociales son el mecanismo perfecto para que todos los venezolanos participemos en la planificación y la lucha contra una corrupción que como piraña carcome al país hasta los huesos.
El problema del país no es dinero, es la desbordante corrupción administrativa ejecutada por contratista y proveedores que amasan fortuna a manos llenas y corrompieron todas las instancias del poder.
Los primeros contratistas y proveedores del país son los diputados de la Asamblea Nacional, jamás se opondrán a este formato económico, pero usted y yo, cada día seremos más pobres, y más difícil se nos hará ver una arepa en el plato, no porque seamos flojos, como nos acusan los que se roban nuestros dinero, ya que ellos no nos traen comida a la casa, antes por vía administrativa le quitan el pan de la boca a nuestros hijos, sino que la escasez alimentaria y de medicamentos hizo desenfrenar una especulación que está convirtiendo en polvo nuestro salario.
El impacto de las política erradas del presidente Maduro se sienten con mayor fuerza en Amazonas donde los grupos indígenas y sectores campesinos caminamos con labios blancos de hambre y jipatos, con el estómago vacío entre un liderazgo chavista y opositor que se pasean en lujosas camionetas, viven en hermosas quintas, tienen vienes en otras ciudades del país y exhiben sin vergüenza en el rostro, una pomposa riqueza adquirida por vía de corrupción administrativa.
Rodeados de proveedores y contratistas un pequeño grupito encabezado por el opositor gobernador Liborio Guarulla y la chavista exministra Nicia Maldonado se rasgan las vestiduras y se dan golpes de pecho en sus discursos, pero el dinero lo entregan a contratistas y proveedores quienes reintegran 20 por ciento sin que se les agüe el ojo.
Andrés García Bolívar
Pastor iglesia evangélica: “El Evangelio Eterno”
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Lea en este blog más artículos y los libros: La familia del Yaruro, Un grito en el sur y La Justicia de Justa.