Preocupa desabastecimiento en zona sur de Venezuela

26.10.2014 16:50

Desabastecimiento en rubros de consumo masivo es de alta preocupación para enfermos, amas de casa, padres de familia, transporte público, construcción y parque automotor.

Padeciendo los rigores de la escases en rubros alimentarios, medicinas, cemento y partes electromecánicas se encuentran los pobladores de la región sur del país que observan con preocupación como estos productos sufrieron alzas de hasta ochocientos por cientos durante el corto gobierno del presidente Nicolás Maduro Moros.

Para los sectores más frágiles adquirir alimentos como: harina precocida, harina de trigo, arroz, azúcar, espagueti, aceite y otros insumos necesarios para el hogar como: jabón de lavar, jabón de baño, Ace, crema dental, toallas sanitarias y pañales depende de conocer el sitio de venta y la larga cola en la que no se respeta la tercera edad.

La especulación tomó las calles con revendedores que expenden los productos con precios inaccesibles para los sectores marginales conformado en su mayoría por los 19 pueblos indígenas que habitan la Amazonía Venezolana.

Mas difícil es aún para los pueblos del interior donde comer estos alimentos no es tan sencillo, en razón de que son pocos los que trabajan en dependencias públicas, las familias, casi en su totalidad indígenas o campesinas, dependen de pequeñas producciones agrícolas o cría de animales que muy poco producen para hacer frente a la continua alza de precios que se viene dando como consecuencia del desabastecimiento.

Mayor preocupación sienten los enfermos al no conseguir los medicamentos para el control de enfermedades como hipertensión, diabetes, cáncer y otras degenerativas.

Cementos y otros materiales para la construcción llegan en poca cantidad, así como repuestos y cauchos para el transporte público, aunque en muchos casos las partes electromecánicas son adquiridas por Colombia con precios tan altos como los nuestros.

Tanto las instituciones del gobierno nacional, alcaldías y gobernación de Amazonas poco han hecho para emprender acciones orientadas a aliviar la dura crisis económica que enfrentan los sectores más empobrecidos donde la anemia, parasitosis y desnutrición infantil atacan con fuerzas.

La adquisición de uniformes escolares se viene dando lentamente debido a los elevados precios en zapatos, camisas y pantalones, que bien pudo ser aliviada por la gobernación de Amazonas, pero para la oposición que gobierna allí con Liborio Guarulla, resulta mejor invertir en compras y contratos que en beneficios de las clases marginales.

La gobernación por siempre ha orientado los recursos al sector construcción en razón de que las empresas constructoras reintegran un vente por ciento de las ganancias en pagos de sobornos, situación similar ocurre en alcaldías y las instituciones del gobierno nacional.

El dinero de inversión agrícola que llegó por vía de Fondas se esfumó entre directivos de las instituciones agrícolas, operadores políticos y supuestos conuqueros y parceleros que reintegraron hasta la mitad del crédito a directivos de las instituciones, bajo la oferta de no pagar la deuda.

Hoy cuando el hambre comenzó a dejarse sentir, la verdad de la política agraria se develó ante la mirada de todos que callaron frente a lo que aquí es comentario popular y que permite afirmar que en el sur, chavismo y oposición están unidos por el fuerte cordón umbilical de las irregularidades administrativa. Seguros están que la impunidad los abrazará a todos.   

De lo que sí están bien claros los habitantes de la región sur, fue que en boca del desaparecido presidente Hugo Chávez Frías, jamás se escuchó la palabra devaluación, pues entendía perfecto que esta medida económica favorecía la alta cúpula de Fedecamara y contrariamente lanzaba al abismo de la extrema pobreza a los sectores más vulnerables del país. Hugo Chávez enfrentó el poder económico y lanzó un paquete de misiones sociales que le permitieron elevar su popularidad por encima del 70 por ciento y conquistar una segunda victoria con tres millones de votos por encima de su más cercano seguidor.

Con extrañeza se observó aquí el primer decreto devaluando la moneda de 4.30 por dólar a 6.30, que salió a luz pocos días después de la muerte de Hugo Chávez, pese a que el fallecido presidente de un solo plumazo había cancelado los tres mil millones de dólares al FMI y Banco Mundial lanzando aquella famosa frase de “chao con ustedes FMI y banco Mundial. Vamos por buen rumbo económico”.

Las continuas devaluaciones que siguieron, el acelerado crecimiento de la inflación, el recorte en los subsidios y el aumento de la gasolina, son las medidas indispensables, aplicadas por el Fondo Monetario Internacional para firmar la Carta de Intención, como ocurrió en el segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez, con un paquete económico que desembocó en el Caracazo.

El recorte de subsidios parece afectar el MERCAL, que además de elevar los precios, desaparecio de barrios, comunidades indígenas y pueblos del interior, así como el suministro de medicamentos de la misión cubana, en virtud de que es muy poco lo que ahora se consigue en los módulos de Barrio Adentro.

Para los intelectuales de la región el anuncio en el recorte de subsidios hecho por el ministro Jessi Chacón, las devaluaciones que ubicaron el dólar en 63 bolívares y el anunciado aumento de la gasolina, mucho se parece a las recetas del FMI aplicadas por Carlos Andrés Pérez.

 

Andrés García Bolívar
Pastor iglesia evangélica: “El Evangelio Eterno”
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