Paro asesino convocaron en silencio CTV, Fedecámaras y los curas

10.03.2016 13:06

La oposición venezolana, hace un último y desesperado intento por echar del poder al presidente Nicolás Maduro, con un paro empresarial convocado silenciosamente el año pasado por esas cúpulas, bajo la estrategia de que sus seguidores no se enteren, en razón de que el hambre ataca a todos por igual. La escasez acelerará la caída del gobierno, mientras sus voceros abren fuego en los medios de comunicación responsabilizando al gobierno nacional por falta de alimentos y por los supuestos efectos de las confiscaciones de empresas y fincas, que al ser justo, nada tienen que ver con la verdadera intención del paro.

Este paro empresarial que agrupa a directores de Fedecámaras, federación de empresarios, burguesía agraria y representantes de empresas relacionadas con transnacionales, que dejaron de producir comida, acaparan lo que pueda y contrabandean otra cantidad a Colombia y las islas del Caribe con la autorización de militares pagados para tal fin, es un acto criminal contra todos los venezolanos independientemente de su posición política. Es una movilización silenciosa de la burguesía nacional y extranjera en todos los frentes, durante los últimos dos años del gobierno madurista, esgrimiendo falta de divisas para la compra de insumos y repuestos de maquinarias, pero debe quedar claro, que el paro es una acción política para lograr la salida de Nicolás Maduro, y liquidar de un plumazo las políticas públicas que benefician a los más pobres, dejadas por Hugo Rafael Chávez Frías.

Los convocantes del paro con la iglesia católica a la cabeza apoyando con su silencio esta acción criminal que dejará miles de niños muertos por hambre, escasean de un proyecto de país convincente, esgrimen como razón poderosa una supuesta ingobernabilidad provocada por ellos mismos con el apoyo de familias petroleras norteamericanas, que desembolsaron millones de dólares para comprar empresarios, cerrar empresas, cuyas pérdidas ellas las asumen, compra de autoridades del gobierno de Maduro para facilitar el contrabando y hasta militares por si es necesaria una salida de fuerza.

Aunque se escondan detrás de muchas razones, la única cierta es eliminar un conjunto de leyes promulgadas por Hugo Chávez, siendo las más controversiales la Ley de Tierras, la Ley de Pesca y la Ley de Hidrocarburos. La Ley de Tierras otorga al Estado el poder de tomar tierras privadas y redistribuirlas, cuyos propietarios no pueden respaldar la posesión de las tierras con los títulos legales. Esta redistribución incluye también tierras que sobrepasan 5000 ha o se considere que son improductivas. De igual manera otorga al Estado el poder de decidir el uso de la tierra agrícola para lograr así una reforma agraria que garantice alimentos.

La Ley de Pesca amplía la zona de protección costera de 3 a 6 millas, donde no se permite la pesca de arrastre, lo cual favorece a los pescadores artesanales y al equilibrio ecológico marino.

El talón de Aquiles para las familias petroleras norteamericanas, es La Ley de Hidrocarburos que revierte 20 años de privatización en el sector petrolero. De acuerdo con la nueva ley, se requiere mayoría gubernamental en todas las nuevas "joint ventures" del sector petrolero y se eleva la regalía a las compañías petroleras, incluyendo las extranjeras - de 16,6% a 30% - para poder ampliar y reforzar los programas sociales populares.

Las reformas que fueron elaboradas por el Gobierno, con ayuda de expertos nacionales e internacionales, han sido muy criticadas por la burguesía tanto en el país como en el exterior, y con mayor fuerza por la burguesía agraria, quienes vieron en riesgo sus privilegios de clase dominante dueña de las tierras del país y la renta proveniente de las enorme riqueza petrolera. El engaño se esconde detrás de enérgicas protestas que exigen rectificación al gobierno nacional, y a los órganos del poder público, que tiene que materializarse en una revisión, pero mientras esta burguesía enfrenta al presidente Maduro con un paro empresarial criminal, por habérsele tocado sus privilegios, miles de niños indígenas y madres de familias que sufragan, incluso, por ellos mismos, no encuentran alimentos. El hambre hace estragos en una generación desnutrida, y en Puerto Ayacucho y Caicara de Orinoco los alimentos alcanzan precios impagables.

Indígenas y campesinos son los más afectados por una clase social acostumbrada a cargar con todos los beneficios de la renta petrolera, dueña de poderosos medios de comunicación especialistas en hacer de la mentira una verdad creíble para confundir a millones de venezolanos.

De la justicia de los hombres escaparán, pero no de la justicia de Dios. Dios no da por inocente al culpable.

 

Venezuela es de Jesucristo

 

Andrés García Bolívar

Pastor iglesia evangélica: “El Evangelio Eterno”
Teléfono: 04161067319

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Andresgarbo@hotmail.com

 

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