OEA y ONU buscan nuevo dueño

02.07.2016 16:16

La Organización de Estados Americanos (OEA) es una organización internacional panamericana de carácter regional creada por la cúpula petrolera Norteamericana, en mayo de 1948, con el objetivo de ser foro político para el diálogo multilateral, integración y la toma de decisiones con miras a fortalecer la paz y seguridad, consolidar la democracia, promover los Derechos Humanos, apoyar el desarrollo social y económico, y promover el crecimiento sostenible en América. Sus miembros son todos los estados independientes de América, para no hablar de aquellos presidentes sumisos, que cabizbajos, obedecen a los designios de las familias más ricas del planeta, las dueñas de las empresas petroleras.

Este andamiaje político, con el que las directivas de las empresas petroleras más poderosas del mundo amarraron los presidentes latinoamericanos para que esbozaran sus bondades en un foro ciego y sordo, tiene su sede en Washington, DC, lo que de hecho, pone en duda su transparencia. ¿Qué organismo latinoamericano condena las violaciones de las libertades civiles ejecutadas por los cuerpos represivos de Estados Unidos? País que se atreva, presidente que tumban o asesinan. La OEA es un instrumento político para avalar golpes de estado, asesinatos extrajudiciales, secuestros y ahogar económicamente a países acusados por la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos, de violar libertades fundamentales, tal como lo hace a nivel hemisférico la ONU, ambas instituciones, juegan el mismo papel. Dice la Palabra de Cristo: la injusticia que el hombre hiciera vendrá contra él. Como anillo al dedo cae este proverbio sobre estos organismos en terapia intensiva. Los gringos comenzaron a recortarles el financiamiento, porque su extralimitado poder de otros tiempos, en América y el mundo, perdió fuerza y peso. Rusia y China, en el caso de Siria, adoptaron la misma posición del Consejo de Seguridad, no le pararon a la ONU y armaron hasta los dientes al ejército de Bashar Al Assad. Los rebeldes Sirios, financiados por Estados Unidos y sus aliados europeos, no son otra cosa que paramilitares chilenos, colombianos y del Congreso Árabe Africano. Los resisten a plomo limpio con espionaje satelital suministrada por ambos países. Rusia echó a plomo la invasión de las tropas del Consejo de Seguridad de Ucrania, antes que llegaran los buitres del FMI a otorgar “auxilio” financiero para “salvar” la economía de ese país. Las empresas petroleras norteamericanas cargarían con el gas y otros recursos. Al fin entendieron Rusia y China que la ONU es una trampa de guerra con rostro de paz.

No es diferente la posición de la OEA en el concierto latinoamericano. Auspiciaron el golpe de estado en Hondura, golpe contra Hugo Chávez, el asesinato de Jorge Eliecer Gaitán, Salvador Allende, Omar Torrijos, Jaime Roldós y guardaron silencio cómplice sobre el establecimiento de las bases militares gringas en Colombia, cuando perfectamente sabían que su objetivo era espiar e intervenir países de la región. Conocen también, que las compañías de seguridad de la ONU sembraron el paramilitarismo en Colombia. La CIDH, conoce más que usted y yo amigo lector, que la dolarización de la seguridad en Colombia, está provocando masacres de inocentes a nombre del combate a la guerrilla, ejecutada por militares y agentes de la CIA para sembrar terror, provocar desplazamiento con el fin de entregar tierras con vocación agrícola a sus transnacionales, oligarquía colombiana y carteles de la droga.

Estados Unidos cargó un grupo de hombres afganos y los encerró en Guantánamo, Cuba. La CIA sigue asesinando dirigentes políticos en Latinoamérica. Liquidaron toda la dirigencia de la Unión Patriótica, en Colombia. En Venezuela venían asesinando dirigentes chavistas e introduciendo paramilitares hasta la muerte de Hugo Chávez. Sigue financiando a través de ONG gringas, grupos opositores para dar al traste con los presidentes progresistas. Esta correlación de fuerzas cambió con la creación de organismos de integración latinoamericanos y caribeños, donde Cuba, Venezuela, Argentina, Brasil, Ecuador, Bolivia y Nicaragua vienen asumiendo posiciones transparentes, por no decir, que con el desmembramiento de la OEA, cargaron con la victoria. 

Estados Unidos, perdió su hegemonía en la región centrosur del conteniente. Antes de la caída de su propia trampa, exhibieron su altivez y arrogancia, que ahora se traducirá en una aplastante humillación. El mundo, continua girando y los países más pobres y humillados, haciéndose cada día, más fuertes en sus derechos políticos, económicos y sociales. Caminan a paso firme hacia su plena integración y autodeterminación. 

Muerto Hugo Chávez, el chavismos se convirtió en un miembro más del Pacto de Punto Fijo, a tal punto, que ya no se sabe quién es adeco o chavista, pero eso no le da confianza a los gringos para creer en Nicolás Maduro, lo tumbarán y se harán de uno más fiel, pero el temor de que otro Hugo Chávez se levante, les viene quitando el sueño. 

 

Venezuela es de Jesucristo

 

Andrés García Bolívar

Pastor iglesia evangélica: “El Evangelio Eterno”
Teléfono: 04161067319

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Andresgarbo@hotmail.com

 

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