Muerto Hugo Chávez regresó calamidades y hambre a los pobres

24.03.2015 08:58

Hugo Rafael Chávez Frías dedicó su gobierno a sacar dos millones de venezolanos de la extrema pobreza y a escolarizar dos millones de niños más,  que la pobreza generada por la desigualdad en la distribución de la riqueza, había arrinconado en sectores empobrecidos, hasta donde no habían llegados las bondades de la Venezuela petrolera, administradas por gobiernos que alimentaban las aspiraciones de una nación, con falsas esperanzas.

Chávez implantó una política de programas sociales, basados en misiones, como las educativas,  Misión Robinson para enseñar a leer y a escribir en los barrios populares. Misión Ribas para facilitar los estudios primarios y la Misión Sucre para los secundarios y universitarios. Además la Misión Barrio Adentro, un programa médico-asistencial para las zonas más deprimidas del país y la Misión Vuelvan Caras que consiste en un incentivo gubernamental para la producción de bienes y servicios por parte de las sociedades organizadas como Consejos Comunales. En total, veintiún misiones sociales.

Este paquete de misiones lo montó sobre los hombros solidarios de la misión cubana  y de un grupo de profesionales venezolanos, convencidos en que si se podía llegar hasta aquellos compatriotas apartados del sistema nacional de salud, educación y otros beneficios sociales.

Con esta carga, estos hombres y mujeres  penetraron lugares inhóspitos, para llegar con la Misión Barrio Adentro, Mercal, Pedeval, Vuelos Solidarios de la FAV, Misión educativa y la Misión Milagro por la que muchos enfermos viajaron a Cuba, y otras acciones de gobierno que le permitieron al Presidente alcanzar más del 70 por ciento de popularidad. “Les meteremos diez millones de votos por el buche”, solía decir, y no estuvo muy lejos de lograrlo.

Emitió un cheque de tres mil millones de dólares con el que canceló la deuda externa al Fondo Monetario Internacional, que se había convertido en una deuda eterna, donde las familias más pobres de este país, pagaban intereses a las familias más ricas del mundo, las familias petroleras de los Estados Unidos. Los préstamos en dólares que el FMI otorgó a Venezuela, regresaron casi en su totalidad a Miami, en bolsillos de la oligarquía de la época. “Chao con ustedes FMI y Banco Mundial”, dijo Chávez en ese momento.

Hugo, tuvo el valor y coraje para enfrentar los dueños de la “meritocracia” de PVSA, le dieron un golpe de estado, tras despedir a los altos gerentes, por propiciar un paro petrolero, la CTV y Fedecámaras también se pararon y la oposición convocó el 11 de abril a una marcha que reunió a cientos de miles de personas. Las protestas se convirtieron en violentos disturbios y enfrentamientos entre opositores y partidarios del gobierno.

Chávez casi pierde la vida en la Isla de la Orchila, su pueblo le regresó el mando y finalmente ganó la batalla petrolera, los echó. Recortó un buen porcentaje de la renta para entregársela a los más pobres de este país. Esa medida obligó a los sectores más pudientes, dueños, hasta ese momento, de los ingresos petroleros, a calificarlo de populista y a lanzarse contra un hombre que dedicó su gobierno a los más pobres, cuyos planes, recibieron apoyo de todo los habitantes del planeta, menos de los grupos poderosos que arremetieron contra él.

Superado estas dificultades el presidente dedicó su gobierno a saldar parte de la deuda social que el país mantiene con la otra Venezuela conformada por un 80% de pobreza. Emprendió Mercal con otra célebre frase: “alimentos baratos para todos por igual”.

Muerto el presidente, el gobierno de Maduro desvió el rumbo marcando distancia de las políticas económicas y sociales del presidente Chávez y se fue, equivocadamente a incursionar por los caminos que le dictó su propio corazón.

Arrancó su gobierno decretando una primera devaluación con la que dio inicio al descalabro económico que hoy tenemos encima, ejerciendo mayor presión sobre los más pobres. Chávez ni siquiera lo pensó, porque entendía que era favorecer a los más ricos y empujar los más pobres a la pobreza extrema. Además Maduro ejecutó un considerable recorte del 21% a las contribuciones que PDVSA hace a las misiones sociales.

Posteriormente por boca de Jessi Chacón anunció un recorte de subsidio que abarca todas las misiones sociales, aunque declaró: “las misiones ni me las toquen”.

Se suma a la profunda crisis económica que estamos padeciendo el acaparamiento de productos básicos y la especulación como parte de una guerra económica de sectores opositores interesados en derrocar al presidente Nicolás Maduro.

La gran mayoría de los venezolanos, ante la débil autoridad del Presidente, exige al Ejecutivo poner mano dura para atacar el acaparamiento y la especulación puesta en marcha por un grupo de empresarios que emprendieron una guerra económica como mecanismo para reducir o limitar la oferta de bienes esenciales de consumo masivo.

Utilizan estrategias como el rumor, el contrabando y acaparamiento, para ser implementadas como arma política que intenta distorsionar la economía y, a la larga, derrocar al gobierno.

En medio de esta crisis, deciden el incremento de precios de los productos de Mercal. Esta decisión acabó con las colas, pero no porque hayan resuelto el problema, sino porque lo agudizaron, el pueblo pobre no tiene dinero para soportar la nueva carga. El hambre y la desnutrición infantil comenzaron a cabalgar libremente por los sectores empobrecido y el país regresó a condiciones peores cuando Hugo Chávez dio el golpe de estado en el 92.

Hace falta un varón con los mismos sentimientos de Hugo, que recoja el morral caído para que continúe el mismo rumbo de poner los recursos de este país al servicio de los más pobres.

 

 

 

Andrés García Bolívar
Pastor iglesia evangélica: “El Evangelio Eterno”
Teléfono: 04161067319
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