Las oligarquías se enfrentan a golpe por el presupuesto nacional

13.02.2015 16:32

La denuncia de un supuesto golpe de estado contra el presidente Nicolás Maduro en el que estarían implicados militares y políticos, no sería extraña, si se toma en cuenta el historial de golpes de esta naturaleza que se han dado en el país, cuyos resultados siempre han sido los mimos, sustituir una oligarquía dominante por otra, pero de allí, a un golpe en función de mejorar las condiciones de vida de los venezolanos, pareciera que sólo el de Hugo Chávez  tuvo sentido.

Cierto es que el país se encuentra en condiciones peores cuando Hugo Chávez dio aquel golpe, continuas devaluaciones, recorte de subsidios, especulación incontrolada, incremento constante de alimentos y medicamentos, corrupción administrativa desbordada y una dirigencia política de espalda a las necesidades del pueblo, como está ocurriendo ahora. Sólo falta el incremento de la gasolina y ya está en marcha, pero de allí a que aparezca otro Hugo Chávez, también se está bien lejos, porque ambos grupos carecen de lo elemental, un proyecto de país. Sus aspiraciones no van más allá de echarle manos al presupuesto nacional para continuar el mismo formato económico liderado por una oligarquía gobernante, rodeada de proveedores y contratistas enriqueciéndose ellos, sus familiares y una clase política privilegiada.

Chávez dio el golpe, llegó por los votos al poder con un país destrozado en su economía y las clases deprimidas soportando todo el peso de las políticas impuestas por el Fondo Monetario Internacional, por cierto muy parecido al modelo económico actual. Hugo Chávez enfrentó la oligarquía en ese momento y lanzó un paquete de misiones que le permitieron alcanzar una popularidad superior al 70% y superar por amplio margen los procesos electorales siguientes. Tenía popularidad y autoridad suficiente, y en marcha un proyecto de país con el que alfabetizó a 2 millones de venezolanos y sacó 2 millones de niños de la extrema pobreza. El Mercal cruzó el país de uno a otro lado para llevar alimento barato a millones de familias empobrecidas.

Hoy, no estamos avanzando, antes vamos de regreso al lugar por donde comenzó Hugo Chávez. Las consecuencias de un conjunto de políticas públicas erradas, basadas en devaluaciones que elevan la bandera de la impopularidad, nos vienen arrastrando hacia continuos incrementos de precios en alimentos y medicamentos, aunado al acaparamiento de estos productos por parte del sector privado, a través de grandes empresas distribuidoras, con la clara intención de echar al Presidente del Palacio, detrás de lo cual también se mueve la CIA norteamericana empeñada en deshacerse de Maduro, no porque esté haciendo algo distinto que ponga en riesgo los interese norteamericanos o diferente a lo que hacen los gobernantes proyaquis, sino, porque no les genera confianza.

La oligarquía roja que nos gobierna, habla duro y con fuerza contra el neoliberalismo y contra el capitalismo salvaje, pero son los nuevos millonarios con bienes en otros países y diferentes ciudades venezolanas.

Sí está en marcha un golpe económico impulsado por empresarios de este país y una dirigencia política movida solo por avaricia de dinero y control del poder, empeñados en conquistar lo más rápido posible el gobierno, su sed de poder no les permite observar que el mismo presidente Nicolás Maduro está labrando su propia caída, acelerada por una dirigencia chavista imbuida hasta los tuétanos en corrupción administrativa, aunada a falta de credibilidad y popularidad que no garantiza la victoria legislativa del próximo mes de septiembre.  

Se suma a la caída de la popularidad del Presidente, la corrupción militar que controla las plantas del gobierno ensambladoras de vehículos, fábricas de cemento, Sidor, Alcasa, Venalum y otras controladas por militares donde es común el alto pago de soborno.

En la Asamblea Nacional los parlamentarios se rajan las vestiduras defendiendo la revolución socialista, aunque ese foro se apartó de la misión principal y ahora es una simple casa de negocios donde parlamentarios del chavismo y la oposición viven preocupados por contratos y compras en ministerios, gobernaciones, alcaldías e instituciones nacionales que manejan recursos para inversión. Ninguno de ambos grupos propone un modelo económico distinto al existente para que los más pobres puedan comer de la renta petrolera. Ellos se embolsillan el dinero de todos los venezolanos a través de la ejecución directa de obras o por vía de testaferros, y nos hacen ver con campañas publicitarias, que el dinero es de todos.

Más información. Un grupo de ciudadanos extranjeros, liderados por árabes, se mueven en las grandes ciudades del país conformando empresas a nombre de ciudadanos comunes para solicitar cupos de dólares para compras de alimentos y medicamentos. A los propietarios de las empresas les regalan cien mil bolívares y los árabes cargan con los dólares en complicidad con funcionarios que trabajan en el sistema de control de divisas. A los propietarios de las empresas, por desconocimiento, les dejan las posibles consecuencias jurídicas.

 

Andrés García Bolívar
Pastor iglesia evangélica: “El Evangelio Eterno”
Teléfono: 04161067319
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