Hambre, dengue, paludismo y chikungunya se adueñan del sur

04.07.2015 01:13

En los anaqueles amazonenses siempre ha faltado uno que otro producto, pero nunca antes como ahora. En los últimos meses, se ha presenciado niveles de desabastecimiento preocupantes, sobre todo en azúcar, harina precocida, arroz, espagueti, carne, pollo, leche, medicamentos y autopartes.

Las razones se ubican, principalmente, en falta de control de precios, aumento del consumo, falta de producción nacional, y por supuesto la alta especulación.

Los precios de estos productos oscilan entre 70 a 150 bolívares por kilogramos en casas de familias, que es donde mayormente se consigue. La carne llega hasta los 800 y un pollo supera los quinientos bolívares.

En los campos del Municipio Cedeño un litro de aceite se obtiene en 250 y el resto de los productos superan los 180 bolívares.

En el interior de Amazonas resuelven con los pocos alimentos que llegan y complementan con productos llevados de Brasil y Colombia, con precios muy por encima del costo en el mercado interno.

La desnutrición hace estragos en campos, comunidades indígenas y sectores más pobres de pueblos y ciudades, muchos de los cuales, no ven los productos alimentarios del gobierno nacional. El Mercal solo se consigue en dos bodegas en Puerto Ayacucho, no llega los pueblos del interior donde la situación es mucho más crítica.

La afluencia de niños afectados por desnutrición aumentó en el Hospital y el CDI, donde cuentan con muy pocos recursos ara entender, en su mayoría, niños indígenas provenientes de barrios, comunidades cercanas y pueblos del interior de Amazonas.

En Caicara de Orinoco los más afectados son el grupo indígena Panare y niños campesinos y de sectores marginales.

El ingreso per cápita en la región sur es el salario mínimo, diluido en la alta especulación donde un ventilador alcanzó un costo de hasta 27 mil bolívares. La compra de uniformes, para el venidero año escolar, quitó el sueño a las familias. El bajo ingreso, cubre una mínima porción de alimentos y la compra de ropa bajó considerablemente.

A la par de esta alarmante escasez, se viene propagando un brote de dengue y chikungunya

Epidemiólgos regionales calculan que el brote actual de fiebre de Chikungunya que afecta a Venezuela, puede llegar a tener una duración mayor a un año.

Para los médicos del Hospital Dr. José Gregorio Hernández, el Sistema Regional de Salud no está preparado para combatir esta enfermedad, cuyo aumento se elevó a casi cuatro veces más que el registro de hace un mes.

La situación epidemiológica de la fiebre de Chikungunya -una enfermedad caracterizada por fiebre repentina y fuertes dolores articulares que pueden prolongarse hasta por meses e incluso años en algunos casos- es "grave" en un momento en que la escasez de antipiréticos para combatir las altas temperaturas, esta llegado a su nivel más crítico. Acetaminofén y otros productos similares desaparecieron de las farmacias.

Para el licenciado Luis Otilio Luna "La primera mala noticia es que la aparición del Aedes, mosquito transmisor de la enfermedad, es masiva y su densidad es terriblemente alta".
Si se le suma las fallas de distribución de agua, las temperaturas altas, la época de lluvias y la temporada vacacional que motiva a la gente a viajar, nos indica que "vamos a un repunte de la actividad y transmisión efectiva de la enfermedad".

Los más perjudicados son los niños y adultos de tercera edad. Estos últimos tienen mayores probabilidades de desarrollar la fase crónica, con fuertes dolores en articulaciones, rodillas, muñecas, manos y pies.

"Es una enfermedad discapacitante", indicó Luna, al explicar que una persona con Chikungunya puede sentir tanto dolor que se le dificulta caminar o hacer sus actividades habituales.
Además de fiebre y dolores articulares, también puede haber presencia de erupciones cutáneas y fatiga. Lo recomendable es acudir al médico una vez que se presentan los síntomas, entre tres y siete días después de la picadura.

Complica más la situación el desabastecimiento de medicamentos en la región, concluyó el profesor universitario.

En tanto, las administraciones de Liborio Guarulla, gobernador de Amazonas, Nicia Maldonado, presidenta de Corpoamazonas y máxima dirigente del PSUV, y la alcaldesa Adriana González, muy poco les preocupa el repunte del dengue, chikungunya y paludismo. No hacen ningún tipo de gestiones para adquirir insumos médicos y hospitalarios. Los frena el desabastecimiento. Lo que si une a mandatarios chavistas y opositores para que remuevan cielo y tierra, es por cemento y otros materiales de construcción para contratistas y proveedores que cancelan 20% de soborno, bien directamente, por vía de familiares o testaferros. El resto de la población que busque como resolver sus problemas.

 

Andrés García Bolívar
Pastor iglesia evangélica: “El Evangelio Eterno”
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Lea en este blog más artículos y los libros: La familia del Yaruro, Un grito en el sur y La Justicia de Justa