Hambre azota etnias Panare, Guajibo y Yanomami

03.11.2014 18:32

La etnia indígena Panare, que ancestralmente ha poblado el Municipio Cedeño, del Estado Bolívar, es hoy junto a Yanomamis y Guajibos los grupos más afectados por la escasez alimentaria y de medicamentos que azota la región sur del país.

Miembros de las etnias Panares y Guajibos con frecuencia son observados en avenidas y centros de ciudades pidiendo limosnas o recolectando basura para alimentarse, sin embargo es alarmante el abandono a sus comunidades de origen como consecuencia de la hambruna que azota a estos venezolanos, tan dueños de la renta petrolera como los mismos ejecutivos de PDVSA.

Las concentraciones de indígenas en los basureros de Caicara de Orinoco, Morichalito y Puerto Ayacucho se vienen ensanchando, casi en la misma proporción en que las autoridades regionales incrementan sus riquezas.

El presidente Chávez, que amaba los grupos indígenas, creó el ministerio de Asuntos Indígenas para dar respuesta a las necesidades de las etnias, pero la elite perteneciente a la organizaciones indígenas creadas por la Iglesia Católica, CONIVE y ORPIA, se han enriquecido con los recursos asignados a ese ministerio y contrariamente los indicadores de pobreza en las comunidades se elevaron.

Como ejemplo de lo expuesto, se tiene a los empresarios indígenas Liborio Guarulla Garrido gobernador de Amazonas y  la exministra de Asuntos Indígenas Nicia Maldonado, presidenta de Corpoamazonas, ambos miembros de las organizaciones ORPIA y CONIVE, cuyos trabajos en función de sus empresas en varias ciudades del país, los mantiene alejados de la amarga crisis que padece el sector indígena.

Parasitosis, anemia, tuberculosis, diarreas y desnutrición infantil vienen diezmando los grupos sin que las organizaciones que se rasgan las vestidura para acelerar la entrega de recursos del sector, se lleguen a las comunidades de Perro de Agua, santa Inés, riberas del Río Cuchivero, Colorado y la cercanías de la población de Morichalito para cubrir las carencias de estos grupos.  

El doctor José Alejandro García, médico adscrito al IPASME, que por siempre ha venido asistiendo a los indígenas en sus comunidades, reveló que el Hospital de Caicara de Orinoco cuenta con seis camas en pediatría, insuficientes para atender las emergencias que se vienen presentando, aunado a la carencia de medicinas y material médico quirúrgico.

Los pacientes son obligados a comprar los insumos para las intervenciones quirúrgicas porque las dotaciones, que pocas veces llegan, no cubren la demanda. 

Las casas de alimentación puestas en funcionamiento por la administración de Hugo Chávez para alimentar niños de comunidades y barrios empobrecidos desaparecieron del municipio, los productos del Mercal son vendidos al mismo precio de los comerciales en casas de familias, porque las autoridades responsables venden los alimentos a revendedores.  El programa de alimentación escolar dura tan poco que la deserción va en aumento como consecuencia de la apropiación de recursos por parte de los proveedores.

La Alcaldía del Municipio Cedeño no tiene previsto poner en marcha programas tendentes a aliviar la crisis alimentaria en los grupos indígenas, como tampoco las autoridades regionales.

A todas luces pareciera que solo a los Panares preocupa su situación de extrema pobreza que se viene acentuando en todo el municipio, cuya mayor cantidad de habitantes se encuentran dispersos en pequeños pueblos y comunidades campesinas de donde desaparecieron los beneficios que el presidente Chávez entregaba a estas comunidades, vías misiones sociales.

La desaparición de las casas de alimentación y Mercal de barrios y comunidades campesinas pareciera ser parte del efecto de los recortes de subsidios a programas sociales anunciados por el ministro Jessi Chacón, que aunado las continuas devaluaciones decretadas por el presidente Nicolás Maduro, vienen causando estragos en los grupos más vulnerables.

De darse el anunciado incremento en el precio de la gasolina, el transporte de alimentarios, medicamentos y vestidos será más costoso, los precios sufrirán el efecto murciélago, costos pegados del techo, y estos grupos no protestarán, pero se incrementarán los casos de desnutrición infantil y de adultos.

En Amazonas Yanomamis y Guajibos sufren los rigores de la escasez alimentaria con mayor impacto en la población infantil donde la desnutrición ya ha matado decenas de niños.

Mayor es aún la crisis alimentaria en las comunidades del interior imposibilitados de movilizar sus familiares a los centros de Puerto Ayacucho, en razón a la ausencia de transporte acuático para trasladarse desde pueblos tan lejanos como: Maroa, Rio Negro, La Esmeralda y San Juan de Manapiare, cabeceras de municipio con su respectivas alcaldías que muy poco hacen por esos pueblos.

La otra vía de trasporte es aéreo, pero los boletos tienen costo promedio de dos mil bolívares y las familias en el interior de Amazonas su economía está sustentada por pequeños huertos o conucos que producen muy por debajo del salario mínimo.

La esperanza de que el gobernador Guarulla, o la exministro Maldonado pongan en funcionamiento transporte solidario parece remota. Guarulla ha concentrado su atención en Los Juegos del Poder en el que mantiene distraído quince mil trabajadores para evitar protestas por incremento salarial. Estos trabajadores devengan salarios desde 1.200 hasta 2.400 mensuales, muy por debajo del salario mínimo que en este país es de 4200 bolívares. Además son obligados a asistir a los juegos por unos directores que llevan en manos las nóminas para chequear la asistencia. Los juegos representan más gastos para estas empobrecidas familias, que le cambiaron el nombre a Los Juegos del Poder y ahora los llaman Los Juegos del Hambre o una versión degradada de un emperador Romano dando pan y circo al pueblo, como también lo hará con las fiesta de Puerto Ayacucho, la alcaldesa Adriana González trayendo al cantante Oscar de León por un costo de 1.600 bolívares, mientras la sala de pediatría del Hospital José Gregorio Hernández, está repleta de niños con desnutrición infantil, para los que no desembolsa ningún tipo de ayuda. Para los Tucanes, sustrajo del erario del municipio 250 mil bolívares.

Por su parte la exministro Maldonado gestiona diligencias para gastar en su totalidad, los 800 millones de bolívares enviado por el presidente Maduro para asfaltado de calle, aunque muy poca información se maneja sobre unos cuatrocientos millones que aquí llegaron con el mismo fin, pues una empresa asfaltó unos dos kilómetros con un trabajo de pésima calidad, pero del resto, nada se habla.

La situación de salud viene siendo enfrentada por la mística de trabajo de la Misión Cubana, que pareciera ser tocada también por el anuncio del ministro Jessi Chacón, al recortársele tanto los insumos, que muy pocos medicamentos se consiguen en los ambulatorios de barrios y comunidades del interior.

 

Andrés García Bolívar
Pastor iglesia evangélica: “El Evangelio Eterno”
Teléfono: 04161067319
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andresgarbo@hotmail.com

Lea en este blog otros artículos y los libros: La familia del Yaruro y Un grito en el sur.

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