Escasez alimentaria y robo público

01.03.2015 12:14

A pesar de la asignación de lotes de terrenos aptos para el desarrollo de actividades agropecuarias a campesinos, los índices de producción de rubros importantes como leche, carne y productos agrícolas en general, han disminuido o se ha mantenido la misma producción.

El presidente Hugo Chávez implementó las misiones como mecanismos de distribución de ayuda a los sectores más necesitados, pero el mantenimiento o disminución de los índices de producción de alimentos actualmente, hace imposible la cobertura del aumento de la demanda por parte de estos sectores.

Como ejemplo de esta situación, se puede mencionar que casi todo el año 2014 hubo escasez notoria de alimentos básicos, como leche, huevos, carne, arroz, azúcar, harinas, granos, café y otros, obligando a los venezolanos a hacer largas colas para adquirir productos y hasta forzar a los pobladores de las regiones distantes de la capital, a llevar productos para equilibrar la escasez que se ha profundizado en el interior del país.

La Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y el SEBIN viene ejecutando atropellos contra los pasajeros que se dirigen desde Caracas al interior, al decomisarles insumos de higiene personal, alimentos y medicinas, que no son entregados a las cadenas distribuidoras de alimentos del gobierno nacional, sino que se apropian de la mercancía decomisada a gente pobres con fuertes carencias alimentarias y se las llevan a sus casas.

La preocupación de miles de pasajeros que compran comida para llevar a las regiones azotadas por la escasez alimentaria y de medicamentos, es alarmante, ya que les decomisan pañales, champú, azúcar, arroz, espagueti o lo poco que puedan llevar, en unas alcabalas que con la autorización del presidente Nicolás Maduro, a través de un decreto contra vendedores ambulantes, cometen robo público al confiscar artículos sin realizar la correspondiente acta de retención u otro documento que avale el decomiso, es decir, estos cuerpos que fueron creados para combatir el delito, están yendo contra sus propios principios, cometiendo delitos de hurto.  

Para el señor José Rodríguez, pasajero de una unidad que cubre la ruta Caracas Puerto Ayacucho, “esta situación se viene denunciando desde hace tiempo, ya que los funcionarios alegan que los ciudadanos llevan mercancías para revender. No sé dónde viven estos efectivos, ya que estamos viviendo un desabastecimiento y escasez, donde hay que hacer largas colas para conseguir los productos  que llevamos”.

“En Puerto Ayacucho la crisis se agudizó con carne a 600 por kilogramo y un pollo se compra por 500 bolívares en una región indígena con alto índice de desempleo, donde las familias viven de conucos pequeños que son insuficientes para el sostén del hogar. La crisis nos obliga a viajar para comprar harina de maíz, champú, desodorante y medicinas”, detalló.

Por su parte los grupos indígenas que habitan comunidades ribereñas del interior de Amazonas no saben cuáles son los productos que pueden movilizar a través de la frontera, ya que la Guardia nacional, el SEBIN y los fiscales del SENIAT, les decomisan los alimentos señalándolos de contrabandistas, persiguiéndolos y discriminándolos pese a tener guías aprobadas por el Sada, indicó el piaroa Carmelo Silva habitante de la comunidad de Pendare, por el Río Sipapo. 

“deberían decirnos cuáles son los productos que podemos llevar, y cuáles son de escasez” para poder sujetarnos al plan de seguridad alimentaria sin entorpecer la actividad y colaborar con las autoridades”.

Las pequeñas embarcaciones que remontaban los ríos vendiendo alimentos ya no suben porque les decomisan la mercancía. No tenemos donde comprar leche, azúcar, arroz y otros alimentos que no producimos”, dijo el piaroa.

Acusó que las autoridades no hacen levantamiento individual de los decomisos con boletas, sino que buscan un solo culpable que luego acusan de contrabandista, cuando la realidad es que cada pasajero hace su compra para llevar a su hogar en comunidades muy distante de Puerto Ayacucho donde muy raras veces llegan alimentos, y cuando llegan los precios son muy elevados.

El gobierno tiene el compromiso de combatir el hambre y la desnutrición enfrentando los problemas de inseguridad alimentaria y nutricional que afectan principalmente a los que viven en situación de pobreza y pobreza extrema, a las mujeres embarazadas y lactantes, y a los niños, niñas y jóvenes de comunidades indígenas que ven comprometida su capacidad de contribuir con su propio desarrollo y a las posibilidades de disfrutar de una vida digna.

 

 

Andrés García Bolívar
Pastor iglesia evangélica: “El Evangelio Eterno”
Teléfono: 04161067319
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