En el sur no hay Fondos Buitres, sencillamente buitres hambrientos llenando sus fondos.
Como jugando con la paciencia de familias empobrecidas y hambrientas, las autoridades regionales gobiernan de espaldas a la aguda crisis económica que afecta miles de familias del sur del país. La indetenible especulación ha elevado tanto los precios, que los escasos productos de cesta básica superaron hasta cincuenta veces su precio original, mientras los gobernantes se encuentran sumando fuerzas detrás de un proceso electoral, cuyas consecuencias podrían ser, un estrepitoso salto al vacío.
La insostenible situación económica se evidencia en largas colas en comercios, que superando las continuas matracas de las numerosas alcabalas de la GNB, apostadas en las vías nacionales, logran descargar productos como harina, precocida, arroz, espagueti y otros, que reducidas a goteo vienen llegando, cuya normal proveeduría llegó hasta finales del gobierno de Hugo Chávez.
El hambre azota comunidades indígenas, campesinas y los vastos cordones de miseria que se conformaron en populosos sectores de Puerto Ayacucho y Caicara de Orinoco, donde los pocos productos de la red Mercal, se venden en casas de familias. A los pueblos del interior de Amazonas no llegan, y los que se consiguen, los venden a tan elevados aprecios, que no pueden ser adquiridos por maltratadas familias que viven de pequeños conucos.
Este modesto Pastor, ha venido alertando sobre una posible crisis humanitaria en la región sur del país, donde la especulación camina libremente y los gobernantes, alejados de los problemas sociales, se incrementan groseramente los salarios, como si fuese normal lo que aquí ocurre. Estos capitalistas se apropiaron de los recursos de generaciones que ahora se encuentran viviendo en condiciones paupérrimas, mientras ellos disfrutan su engordado paraíso fiscal, proveniente de gruesos recursos públicos y por consiguiente, de las riquezas de la región.
Esta asqueada forma de gobierno que aquí ejecutan opositores y chavistas, imbuidos en la más depravante corrupción, es uno de los peligros más importantes para la sociedad sureña, que no soporta mas aumento de la indetenible especulación financiera y otros mecanismos creados con la finalidad de extraer riquezas.
Unos dieciocho mil trabajadores, 70% indígenas, agrupados en la Gobernación del Estado, Asamblea Legislativa y Alcaldía del Municipio Atures, devengan salario desde cuatro, hasta seis mil bolívares, es decir, por debajo del salario mínimo, contrariamente directores de la gobernación, alcaldía y diputados se incrementaron hasta cincuenta mil. El gobernador en dos aumentos este año se llevó de 24 a 60 mil bolívares, haciendo la salvedad que todos ellos son beneficiados con contratos y compras, de las que mínimamente obtienen 20% de soborno.
Por esta vía, los aguerridos luchadores indígenas Liborio Guarulla y Nirma Guarulla por la oposición, son propietarios de millonarias fortunas contenidas en apartamentos, quintas, hoteles, fincas ganaderas, posadas turísticas y lujosos y costoso vehículos, mientras la pomposa exministra Nicia Maldonado y Edgildo Palau, del PSUV, son responsables de la quiebra de 300 consejos comunales, la desaparición del dinero destinado a la agricultura, contratos cobrados sin ejecutar en alcaldías e instituciones nacionales, y la desbordante corrupción administrativa en Corpoamazonas. Se suma también empresas pagadas por el gobierno nacional que no existen, y otras jamás llegaron a funcionar. Para rematar, la alcaldesa Adriana González fue denunciada por extraer 40 mil dólares para darse un refrescante viajecito a Medellín, Colombia.
Todos ellos entretienen los grupos étnicos con una esforzada lucha por la demarcación de tierras y comunidades indígenas, cuando en verdad, su lucha es en procura de apropiarse del dinero de estos pueblos que ahora se encuentran severamente afectados por escasez alimentaria y desnutrición infantil y adulta.
El chiste más gracioso en el sur, son las aspiraciones presidenciales de Liborio Guarulla, quien junto a Henry Falcón, debaten su postura de cara al proceso presidencial o a los supuestos resultados favorables de un presunto referéndum presidencial. La idea se cocina a fuego lento, pero, un gobernante que empobreció aún más este pequeño Estado, sin proyecto de Estado, ¿Tendrá capacidad para gobernar un país? De seguro los resultados serían iguales o peores a Nicolás Maduro. Su proyecto no avanzaría más allá de sustituir los contratistas y proveedores nacionales por los suyos.
Nacionalmente la situación no es diferente a la de Liborio, con un Presidente que invita a una aguerrida cruzada contra la corrupción, pero en nada toca a generales directores de institutos públicos, que, apunta de soborno, desguazan dinero a manos llenas. Antes de investigarlos, los defiende del valiente Barack Obama, que sin Ley Habilitante, los acusó en lista que internacionalmente publicó.
A cualquier modesto ciudadano que acuse a la pomposa oligarquía roja rojita, violentamente lo desmienten sindicándolo de escuálido o enemigo del proceso. Eso basta para proteger a un nutrido grupo de delincuentes que tienen al país sumergido en una profunda crisis, de la que no se vislumbra salida. El Presidente, antes de continuar con su infructífera lucha contra la corrupción y exigir más leyes habilitantes, más elegante le seria desenterrar el viejo Comité de Ética de Acción Democrática, implantarlo en el PSUV y esperar que la misma corrupción lo sepulte para que laves sus manos en inocencia.
Andrés García Bolívar
Pastor iglesia evangélica: “El Evangelio Eterno”
Teléfono: 0416106l7319
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