Desidia, corrupción y anarquía se apoderaron del sur del país
Cada comerciante aumenta el precio que quiere, acapara lo que convenga, venden a Colombia y a los empresarios mineros gruesos volúmenes para obtener mejores ganancias y pagan atractivas cuotas a cuerpos de seguridad, Sunde y fiscales del Seniat. Por esta vía también se va la comida de Mercal y los productos del Programa Alimentario Escolar.
El pésimo transporte público no cubre las rutas asignadas, los autobuses se los llevaron a lugares donde mejor pagan. Así marchan las cosas en esta región, donde los precios del pasaje se incrementan cada mes, en rutas tan cortas como la Puerto Ayacucho Los Pijiguaos, los usuarios obligatoriamente tiene que cancelar 6.000 bolívares por recorrer 250 kilómetros de una deteriorada vialidad.
La Misión Transporte antes de mejorar empeoró la situación, los beneficiados con autobuses incrementaron los pasajes hacia las diferentes rutas por tratarse de autobuses nuevos y con aire acondicionado, además que decenas de unidades rodaron hacia otras ciudades y a trabajar alquiladas a empresas privadas.
La escases alimentaria es genérica, las colas son kilométricas y los productos desaparecieron de los anaqueles, el bachaqueo se multiplicó y hasta los supervisores de la Sunde venden los productos con que sobornan a los comerciantes para guardar silencio y permitir astronómicos aumentos.
Los precios del pescado van desde 500 hasta dos mil bolívares, dependiendo la especie a comprar. Morocoto, Cachama y bagres se aproximan a los dos mil bolívares frente a las narices de concejales de las cámaras municipales de Puerto Ayacucho y Caicara. Ellos andan de campañas y muy pendientes de compras y contratos que otorgan alcaldes y gobernadores.
Varias toneladas de alimentos del Programa Alimentario Escolar que debieron llegar a las escuelas de cabeceras de los municipios Río Negro y Alto Orinoco, a comienzo de octubre, aún permanecen en la Base Aérea José Antonio Páez, de Puerto Ayacucho, con la novedad, que verduras y hortalizas se pudrieron, a pesar de la urgente necesidad de su envío para paliar la escalofriante crisis alimentaria que azota esos pueblos. Allá la desnutrición, parasitosis y anemia vienen produciendo muertes cada mes. La segunda remesa está por enviarse, sin que la primera haya sido entregada. Esto contrasta con las pesadas y voluminosas cargas de productos para alcaldías, que se van tan pronto como llegan, pero esos mandatarios gratifican el traslado.
La Escuela Divino Niño, en la comunidad Picadora de Piedra, inaugurada en septiembre de este año, recibió toda la dotación alimentaria del año pasado y no estaba funcionando. De igual manera la escuela de Santa Marta de Pozo Azul con una matrícula de 76 estudiantes, fue adulterada hasta 142 alumnos que vienen recibiendo dotación alimentaria desde hace varios años. Un docente adscrito a la Zona Educativa reveló el envío de alimentos a escuelas fantasma, así como el pago de 350 cocineras por encima de la nómina real, que ahora trabajan como obreras en diferentes instituciones.
El docente exigió al presidente nacional del CNAE, ing. Miguel Ángel Marín y al señor presidente de la Republica, Nicolás Maduro, investigar el desvió de alimentos de los planteles de esos municipios, hacia las minas del interior del Estado y venta a empresarios colombianos, realizadas por autoridades regionales de este programa. Según él, miles de niños indígenas del interior de Amazonas llevan años sin recibir la dotación alimentaria, aunque el oro de las minas del Yapacana sigue llegando a las manos de las autoridades educativas. Confesó también que varios directores indígenas de planteles del interior, bajo amenazas de despidos, son obligados a firmar facturas sin haber recibido alimentos. Así justifican el envío de todo el año.
Se suma, que en las facturas de Mercal retiradas por responsables del SAE para las escuelas del interior distantes de las cabeceras de municipio, se demuestra la entrega de productos alimentarios, pero esos planteles llevan años sin recibir alimentos. Igual ocurre con el PAE de la Gobernación de Amazonas donde la situación es mucho peor, porque además de que no envían la comida, si aparecen pagos de viáticos a supervisores del programa que jamás han llegado a esas escuelas.
Un supervisor que exigió reservar su identidad, reveló que desde el año 2012 vienen justificándose viáticos a nombre de ellos con supuestas supervisiones a escuelas de municipios, pero el dinero jamás llegó a sus manos, lo toman para aparentes actos políticos, cumpleaños y viajes de placer. Culpó a un familiar muy cercano del diputado regional Juan Carlos Perdomo, quien reiteradamente viene acusando de corrupción a directivos del chavismo. Añadió, que los proveedores fueron designados por este mismo diputado para manejar más 500 millones de bolívares por año. Según él, cada uno pagó 20% de soborno y se apropiaron del dinero de la comida de las escuelas del interior.
Pero como los alimentos vienen en acelerado aumento, los votos también. Los electores duros que se nieguen a sufragar por los candidatos de Liborio Guarulla, serán ablandados con ofertas monetaria que van, desde 3.500 hasta 5000 bolívares. No es que el chavismo de Nicia Maldonado no compre votos, sino que los directivos del PSUV y los coordinadores de UBCH, se agarran los reales, por eso han perdido todos los procesos regionales.
Dinero para enfrentar la aguda crisis alimentaria que agobia sectores empobrecidos no hay, pero para comprar votos si hay, y bastante.
Andrés García Bolívar
Pastor iglesia evangélica: “El Evangelio Eterno”
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