Derechos Humanos de la ONU y OEA son brazos políticos de la CIA
Las comisiones de la Organización de Estados Americanos (OEA) en su reporte anual condena los países que no protegen los Derechos Humanos, luego sugieren que la situación en cada uno de esos países justifica una investigación hemisférica. Cuba y Venezuela frecuentemente son criticadas por organizaciones humanitarias, incluyendo a Amnistía Internacional y Human Rights Watch.
En Cuba, según la comisión, el gobierno priva a los ciudadanos de un gozo completo de los derechos humanos, especialmente políticos, garantías de debido proceso, libertad para los disidentes y para movimiento, residencia, expresión y asociación en sindicatos. De Venezuela el reporte siempre señaló que el presidente izquierdista Hugo Chávez utilizaba las instituciones de gobierno para reprimir a la oposición. De acuerdo con la comisión, “el ejercicio pleno de los derechos no ha sido garantizado a toda la población sin importar su postura hacia las políticas oficiales, y el poder punitivo del Estado es usado para intimidar o castigar a las personas con base en sus opiniones políticas”.
Tanto el Alto Comisionado de los Derechos Humanos de la ONU, como la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos de la OEA, son brazos políticos de la Agencia Central de Inteligencia CIA, confeccionadas a la medida de los intereses de las familias petroleras de los Estados Unidos, las más ricas y poderosas del planeta. Su verdadera razón, es defender los interese norteamericanos y la intervención de la CIA en aquellos países que no acepten la imposición de políticas impuestas por el Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial y empresas petroleras norteamericanas. Jamás escuchará usted, amigo lector, un informe condenatorio de las políticas criminales de la CIA, el Consejo de Seguridad o el mismo gobierno de Estados Unidos. Sus reclamos, si es que lo han hecho, no van más allá de un tímido exhorto, pero nunca una condenación directa, y ni pensar con una intervención como las realizadas en Chile, Honduras, Siria, Libia, Irak y Cuba.
Pregúntese ¿Por qué no condenan las políticas inhumanas de la CIA?, organización que se ocupa más en desarrollar métodos para torturar a prisioneros, como lo hacen en las narices de estas organizaciones en Guantánamo, que desarrollar métodos para la protección de derechos humanos. Asesinan presidentes como Salvador Allende, Jaime Roldós y Omar Torrijos. El 27 de febrero de 1.989, fecha del Caracazo, en protesta por las medidas neoliberales, ejecutadas por Carlos Andrés Pérez y ordenadas por el FMI y el Banco Mundial, donde murieron unas tres mil personas masacradas por las FFAA, nada dijeron, fueron obligados a callar para proteger un gobierno que gozaba del beneplácito de Washington. Interesadamente se olvidaron de los derechos humanos de los venezolanos, obligados a protegerlo. Allí quedó claro, que ambas instituciones de derechos Humanos, miembros del Vaticano, trabajan en defensa de la derecha internacional.
Cuando el golpe de estado del 2.002 contra Hugo Chávez, legitimaron al gobierno dictatorial de facto, no solo olvidaron los derechos humanos del pueblo venezolanos por segunda vez, sino, que también olvidaron los derechos humanos del presidente Hugo Rafael Chávez Frías. Legitimaron al canciller de Pedro Carmona Estanga, tratándolo de “su excelencia”, y se trataba de un golpe de estado contra un gobierno legítimo, elegido por la mayoría de los venezolanos, pero no sumiso a las políticas de Washington.
En estos momentos, frente a la lealtad de algunos gobiernos que bailan según el ritmo de la política de Estados Unidos, la agencia de inteligencia está sistemáticamente reforzando su personal encubierto en México, Guatemala, Colombia, la República Dominicana, Perú, Chile y otros países.
Se están deliberadamente infiltrando las oficinas presidenciales y de gobierno, como también los altos mandos de las fuerzas armadas y las agencias de inteligencia y de contra-inteligencia nacionales. Los norteamericanos están forjando alianzas de tal modo de crear una vanguardia de cómplices que los ayude a contrarrestar a cualquier enemigo en este continente, especialmente, gobiernos progresistas.
Las posiciones operativas de inteligencia norteamericanos en América Latina se expandieron para llevar a cabo operaciones de desestabilización. En años recientes, tales intentos se han llevado a cabo reiteradamente en Venezuela, Bolivia, Ecuador y Argentina, cuyos gobiernos han resistido los planes de Estados Unidos para crear una zona de libre comercio de las Américas.
La avanzada paramilitar que está penetrando las fronteras venezolanas con apoyo de grupos opositores al gobierno de Nicolás Maduro, es minuciosamente planificada por la CIA y ejecutada por Juan Manuel Santos y Álvaro Uribe. Asúmalo como un hecho, será avalada por los derechos humanos de la ONU y OEA.
La CIA dispone de varias unidades que actúan a la sombra, pero recientemente creo una agrupación que está directamente bajo su mando. Una fuerza paramilitar contra terroristas, con la posibilidad legal de matar para evitar “nuevos ataques terroristas”.
Andrés García Bolívar
Pastor iglesia evangélica: “El Evangelio Eterno”
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