Con arco y flecha empresarios indígenas pelean poder y dinero en Amazonas
Los máximos líderes indígenas del Consejo Indígena de Venezuela CONIVE en Amazonas, Liborio Guarulla y Nicia Maldonado mantienen una guerra verbal a través de los medios de comunicación de la región, en la que ventilan los bienes que uno y otro mantienen ocultos en diferentes ciudades del país.
La exministra de Asuntos Indígenas, Nicia Maldonado, máxima dirigente del PSUV en la región, es acusada de ser propietaria de dos camionetas del tipo Hommer, lujosas casas, cuentas millonarias y otros bienes en el país que en los próximos días un grupo de indígenas de su misma etnia revelarán.
Ha recibido dos desembolsos nacionales para el asfaltado de calles, sin embargo el deterioro de las vías sigue, y ya una empresa contratista de PDVSA que vació unos dos kilómetros de asfalto, cargó con una millonaria suma y el trabajo quedó pésimo e inconcluso.
800 millones más comenzaron a ejecutar con una empresa de las contratistas del opositor gobernador Henry Falcón, cuyo dinero tomará la misma ruta del anterior.
En la institución Corpoamnazonas, que ella preside, para indígenas necesitados ofertan ayudas de cinco mil bolívares, pero cuatro se quedan en las manos de un importante ejecutivo.
Por su parte Liborio Guarulla es propietario del Hotel Isla Mar y varios apartamentos en la Isla de Margarita. Varias casas, una residencia y una finca ganadera en San Elena de Uairén. Dos apartamentos en Caracas, un hotel en San Fernando de Apure, unas quince quintas y dos edificios en Puerto Ayacucho.
Estos exitosos empresarios que llegaron al poder agarrados de la mano del desaparecido presidente Hugo Chávez Frías, eran personas pobres al momento de asumir sus cargos.
Las acusaciones llegan hasta la septuagenaria Judith Campos de Guarulla, esposa del gobernador y propietaria del equipo de futbol Tucanes de Amazonas, cuyos recursos obtiene a través de la fundación privada “sin fines de lucro” Tucanes de Amazonas, hacia donde desvía recursos de diferentes partidas del presupuesto regional.
La primera dama acabó con el trabajo que en la población infantil venía realizando la Fundación del Niño, que ahora se llama Fundaihiru. Las donaciones para traslado de niños con leucemia hacia otros centros hospitalarios del país, dejó de darse, así como ayuda a madres de familias embarazadas y enfermas.
Salpican también los señalamientos a la alcaldesa del Municipio Atures Adriana González, quien sustrajo 250 mil bolívares del situado municipal para la fundación Tucanes de Amazonas, así como dispondrá de 1.600.000 bolívares para la contratación del cantante Oscar de León quien actuará durante las ferias de Puerto Ayacucho, que para los pobladores debería llamarse las ferias del hambre en razón al desabastecimiento de medicinas y alimento.
Adriana González, que por varios años se desempeñó como secretaria ejecutiva de Liborio Guarulla, fue favorecida con la construcción de una cancha techada en una escuela de su propiedad. De igual manera un hermano suyo, miembro de la directiva de una empresa proveedora, fue favorecido con la compra de una planta eléctrica para la población de San Fernando de Atabapo por un monto de dos mil millones de bolívares, cuyas mangueras estallaron en chorros de aguas por todas partes al ponerse en funcionamiento, porque se trataba de una maquina vieja.
Funcionarios de mediano rango cobran 20 por ciento a jubilados para entregarle el pago de sus prestaciones sociales, quien no pague, no cobra.
El programa alimentario escolar de la gobernación, es otro negocio aparte con proveedores que también pagan 20 por ciento a ejecutivos del programa.
Todo esto ocurre con líderes indígena del CONIVE, supuestos luchadores de los pueblos indígenas, en una región donde el hambre azota fuertemente las comunidades indígenas, sectores campesinos pobres y los niños Guajibos y Yanomamis mueren por desnutrición severa en una atiborrada sala de pediatría carente de insumos y camas para atender una demanda que cada semana va en aumento.
Los docentes, en su mayoría indígenas, recientemente marcharon en demanda del pago de sus reivindicaciones salariales y deudas contraídas desde el año 2010. Unos doce mil trabajadores de la gobernación de Amazonas devengan salarios que van desde 1.200 hasta 2.400 bolívares mensuales, por debajo del salario mínimo que aquí es de 4200 bolívares.
El costo de una camisa de mala calidad es de mil bolívares. Al medir por allí, los trabajadores por un mes de trabajo reciben una camisa, y otros dos.
La situación no es diferente para la desempleada militancia del PSUV que observa su dirigencia amasar fortuna, mientras ellos agobiados por carencias de alimentos, medicamentos y recursos para adquirir uniformes y útiles escolares, se conforman con ver los gobernantes comer.
El dinero de los consejos comunales lo manejan la directiva del PSUV a través de un abogado que asigna los contratistas y cargan con buena parte de los recursos, dejando obras inconclusas y otras, no las ejecutan pero se llevan los reales.
El dinero para agricultura que llegó vía Fondas, o misión Agro Venezuela, sencillamente fue entregado en créditos a operadores políticos y personas que reintegraban el cincuenta por ciento del crédito bajo la promesa de no cancelar la deuda.
Los directivos y ejecutivos de la gobernación devengan salarios por encima de los 21 mil bolívares mensuales, además de ser beneficiados con compras y contratos para incrementar su envidiable fortuna. Así mismo lo hacen los directores y ejecutivos del gobierno nacional, o líderes del chavismo que aquí, casi todos fueron destituidos por encontrarse incursos en irregularidades administrativas cuando trabajan como directores del gobierno, de Liborio Guarulla.
Esta situación es altamente conocida por los amazonenses y es la razón por la cual el PSUV aquí ha perdido todos los procesos electorales regionales con Guarulla.
La población opositora o chavista soporta los embates de una economía que comenzó a desplomarse, una vez que el presidente Nicolás Maduro emitió su primer decreto de devaluación de moneda, y que de seguro, a él, sus ministros y ejecutivos no los afectará.
Hugo Chávez jamás habló de devaluación porque conocía perfectamente que esta medida económica únicamente sirve para favorecer a los ricos y lanza a los pobres al abismo de la extrema pobreza.
Andrés García Bolívar
Pastor iglesia evangélica: “El Evangelio Eterno”
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Lea en este blog otros artículos y los libros: La familia del Yaruro y Un grito en el sur.
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