Coltán: asesino silencioso
Niños, mujeres y los vulnerables miembros de comunidades indígenas, que trabajan en la extracción ilegal de Coltán, están expuestos a condiciones de trabajo peligrosas, traficantes de drogas y bandas armadas que trasladan de un país a otro este mineral venezolano de manera ilícita. Lo envían desde Colombia, con factura legal como producción propia del vecino país, a fabricantes de alta tecnología en Estados Unidos.
Los trabajos de extracción se vienen realizando en comunidades cercanas a Guarinuma, riberas del río Atabapo y en las comunidades adyacentes al río Parguaza y la zona de Los Gallitos en el Municipio Cedeño. Hasta allá llegan compradores colombianos y norteamericanos que lo trasportan a las poblaciones colombianas de Puerto Inírida y Puerto Carreño, desde donde son enviados de forma legal al mercado de producción tecnológica en Estados Unidos.
Los precios varían según la distancia y la profundidad, pero oscilan entre 10 y 20 dólares por kilogramo que puede extraerse en varios días, pero ellos los venden a los fabricantes, hasta en 400 dólares el kilogramo.
El Coltán es un mineral de gran importancia en la fabricación de componentes electrónicos avanzados como condensadores eléctricos, muy usados en tabletas, consolas de videojuegos, teléfonos inteligentes, satélites, misiles, pantallas planas, GPS y aviones, y lo que permite su miniaturización al prescindir del cobre.
Considerado como un recurso no renovable altamente estratégico, que al igual a los hidrocarburos como el gas natural y petróleo, no abundan en la corteza terrestre, por lo que hay que perforar profundamente para encontrarlos.
En Colombia y Venezuela muchos de los mineros están por debajo de la edad legal y los beneficios económicos terminan en mano de grupos armados. Se dice que mueren unos dos o tres niños por cada kilo extraído. Por otro lado, las grandes compañías de tecnología y fabricación de celular compran Coltán, provenga o no de concesiones para explotarlo.
En algunos yacimientos, el Coltán está acompañado de uranio y radio, elementos radiactivos que pueden provocar graves enfermedades entre trabajadores de las minas. En Venezuela hay estudios que demuestran prospección de uranio, aún sin explotar.
Se añade el reciclaje de basura electrónica donde muchos niños y mujeres están expuestos a mercurio, plomo y aluminio, de forma tóxica, para recuperar materiales valiosos. La llamada minería urbana, es la obtención de materiales para su reutilización en la industria electrónica. El consumismo y la llamada obsolescencia programada a que los dispositivos tengan una vida útil corta y que se cambien los celulares rápidamente, desechando los que aún son funcionales.
La deforestación ocurre en la Amazonia venezolana donde está la mayor riqueza en biodiversidad en la implantación de minas y utilización de madera para el establecimiento de nuevos poblados mineros, en zonas a explotar con contaminación de aguas con limos, que son barros procedentes del lavado del preciado mineral, que al llegar a cursos de agua provocan la desaparición de fauna y flora acuática, y la imposibilidad de ser usada para el abastecimiento humano.
Un estudio realizado por el Departamento de Física y el Instituto de Ciencias Nucleares de la Universidad de Nairobi, ha evidenciado dosis de radiación en trabajadores congoleños que se dedican de forma artesanal a la extracción de Coltán, información que recibió el bloqueo de grandes corporaciones internacionales, al cancelar millones de dólares a medios de comunicación de cobertura mundial, para no afectar la extracción artesanal de este mineral en países como el Congo, Colombia y Venezuela, ante la potencial exposición a radiación, de trabajadores que extraen el mineral en yacimientos ilegales. Se da como un hecho que al conocer la presencia de material radiactivo, abandonarían los trabajos y buscarían otra forma de vida.
El Coltán, en los últimos 10 años ha sido blanco estratégico de compañías de exploración minera para conseguir el control de este material, condiciones de explotación en régimen de semiesclavitud, desastres medioambientales con gravísimas repercusiones en la fauna local de especies protegidas, e incluso, a graves problemas de salud asociados con los arcaicos e infrahumanos métodos de explotación.
Aunque ha salido a la luz el problema socioeconómico, medioambiental y político relacionado con la mala explotación y comercialización de esta materia prima, la crisis ligada a su extracción todavía continúa, y los estudios científicos sobre el Coltán son aún insuficientes.
La alerta es para que defensores de Derechos Humanos y de pueblos y comunidades indígenas enciendan sus alarmas y evitemos que las bandas regionales y las corporaciones internacionales, ilegalmente nos dejen sin Coltán y con un elevado número de indígenas afectados con enfermedades provocadas por radiaciones de este mineral.
Venezuela es de Jesucristo
Andrés García Bolívar
Pastor iglesia evangélica: “El Evangelio Eterno”
Teléfono: 04161067319
Andresgarbo3510@gmail.com
Andresgarbo@hotmail.com
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