Clínicas privadas y aseguradoras con cuentas engordadas y la crisis devorando los hospitales
El gobierno nacional ha construido miles de ambulatorios y centros de asistencia médica a lo largo y ancho del país, sin embargo el estado de la red hospitalaria sigue siendo deplorable por falta de mantenimiento a la infraestructura y el escaso suministro de insumos, poniendo al descubierto el colapso de la medicina pública al prestar un servicio ineficiente que obliga a la mayoría de los pacientes a comprar material médico para poder ser intervenidos. Esta situación favorece la inhumana práctica de médicos y enfermeras de reclutar pacientes de bajos recursos para ser atendidos en clínicas privadas donde cobran sumas que vacían los ahorros y fuerza a vender parte de sus bienes para honrar los compromisos.
La salud privada se afinca en el deterioro del sistema de salud y el desabastecimiento de medicamentos y material médico quirúrgico para cobrar muy por encima el costo del servicio que prestan. Son tan elevados los costos de la atención de emergencias en clínicas privadas, que en ocasiones para algunos es muy difícil pagar, pero hay que acudir allí, porque las opciones públicas existentes, no están equipadas correctamente para brindar el servicio
El personal de las instituciones nacionales hace uso de las pólizas de salud que paga el Estado, con el que alimenta con fuertes sumas de dinero clínicas privadas, en detrimento de su propio sistema de salud, permitiendo que las aseguradoras y las clínicas negocien con la vida y muerte de millones de personas, cuando la realidad apunta hacia la aplicación de políticas públicas coherente e integral para tratar de mejorar la atención en hospitales y ambulatorios públicos, además hacer seguimiento al colapso y caos del servicio público, a fin de precisar el destino de los grandes volúmenes de recursos invertidos en su recuperación.
La guerra económica emprendida por grupos políticos y empresas privadas empeñados en tumbar al presidente, con aliados externos e internos del alto gobierno, se ha hecho sentir en el fuerte incremento de los precios de insumos y los servicios médicos que prestan clínicas con muy poca sensibilidad por la vida humana, y unas aseguradoras que hacen cualquier tipo de negocios con el fin de dejar desguarnecidos a sus asegurados. Esto permite sostener que las clínicas privadas están cargando con más de la mitad de los recursos que el gobierno nacional asigna al sistema de salud, ya que el número de asegurados está próximo a los 11 millones, sumándose esta real intimidad sanitario, que parte de los medicamentos y equipos de alta tecnología suministrados a hospitales, van a parar a estas clínicas, así como la sangre y sus derivados que utilizan, provienen de bancos de sangre públicos. En este millonario negocio que reúne a altos personeros del gobierno, propietarios de clínicas y aseguradoras, la corrupción y la avaricia andan agarraditas de mano.
Durante el 2014, el gobierno otorgó al sistema de salud 800 millones de dólares para cancelar parte de la deuda, pero esta cantidad fue insuficiente, ya que alcanzó para cancelar el 10 % de la deuda total, sin incluir el 2013.
Ningún medio de comunicación privado o público informa sobre las personas que son maltratadas o víctima de mala praxis médica en clínicas privadas. La desinformación hace creer que suministran excelente servicio médico y que esa es la mejor vía para resolver la crisis sanitaria que agobia al país, pero eso no es verdad, ese modelo carga con los millonarios recursos con que los hospitales podrían mejorar el servicio para atender a millones de pobres.
El gobierno debería proveerse de convenios directos con sus trabajadores, eliminando la intermediación de terceros para abaratar los costos y evitar las irregularidades de clínicas y empresas de seguros, que han llegado tan lejos, que hasta inventan patologías e intervenciones quirúrgicas para consumir todo el dinero de las pólizas. El compromiso no puede seguir estando entre el gobierno y las empresas de seguro, sino que debe ser directamente con sus trabajadores.
En favor de los médicos honestos, que son bastantes, también hay que decir, que la situación puede agravarse ante los pocos estímulos, bajos sueldos y altos costos para entrar al mercado laboral que afrontan estos profesionales de una medicina que demanda largos y costosos años de formación, ameritando el respaldo económico familiar para garantizar a sus pacientes la mejor y más segura atención médica.
Andrés García Bolívar
Pastor iglesia evangélica: “El Evangelio Eterno”
Teléfono: 04161067319
andresgarbo3510@gmail.com
andresgarbo@hotmail.com
Lea en este blog más artículos y los libros: La familia del Yaruro, Un grito en el sur y La Justicia de Justa