Borrados de un plumazo principios de Hugo Chávez

09.08.2015 06:10

Los principios por los que Hugo Chávez pagó varios años de calabozo, después del golpe del 92, fueron lanzados al cesto de la basura por la revolución de Nicolás Maduro que, a acelerados pasos, conduce a este país a una catástrofe social, que bien podría concluir en hambruna masiva, que muy cerca está por comenzar.

Hugo Chávez quitó una gruesa parte de los voluminosos recursos que consumía en su gran mayoría la oligarquía de la llamada Cuarta República, y en un acertado paquete de misiones los distribuyó entre las familias más pobres de este país, cuya recompensa le permitió mantenerse durante doce años de gobierno con una popularidad que rayaba el 70%. De esa aplaudida decisión, sólo quedan pequeñas muestras. El actual Presidente, en una errada política de Estado, de un plumazo ordenó el recorte de importantes misiones y desapareció otras, dando paso a continuas devaluaciones que afectaron las clases sociales más empobrecidas, sumergiendo a una gruesa mayoría de venezolanos, en una desesperante pobreza.

Desaparecieron importantes programas sociales como: Vuelos Solidarios de la Fuerza Aérea, el transporte SITSSA, Madres del Barrio, Niños de la Patria y otros. Mercal, el programa alimentario bandera de Hugo Chávez cuando dijo: “se distribuirá alimentos a todos por igual”, se ha reducido tanto, que desaparecieron bodegas de sectores empobrecidos, como: gruesas poblaciones de barrios, comunidades indígenas y campesinas, y del interior de los estados. En Amazonas, el Estado más pobre del país, se redujo a dos bodegas donde escasean los productos básicos y las colas son kilométricas.

Es cierto que importantes empresas como Polar y Central Madeirense apuestan por el desabastecimiento alimentario para tumbar al Presidente, pero también es cierto, que la escasez en materiales de construcción como: cabillas, alambrones, vigas de acero y cemento son responsabilidad absoluta del gobierno. La escasez de medicamentos en la misión Barrio Adentro, responde a importantes recortes de recursos al convenio suscrito por las repúblicas de Cuba y Venezuela. A todas luces, estas acciones apuntan hacia la desaparición de los programas logrados con la revolución de Hugo Chávez, en el justo momento en que ambulatorios y hospitales del Ministerio de Sanidad, mantienen un permanente desabastecimiento.

La revolución madurista se encuentra imbuida en una alarmante corrupción administrativa institucionalizada por un avariento sector militar que se adjudica la producción de vehículos de las empresas del gobierno, la importación de productos de línea blanca y se incrementaron groseramente el salario, frente a los miserables sueldos que devenga el resto de los trabajadores. Militares con hasta cinco carros adquiridos para taxis o bien para reverlos por más de un millón de bolívares. Revenden neveras, cocinas, lavadoras, televisores y lo que llegue por esa vía.

La desbordante especulación auspiciada por la profunda escasez de alimentos, medicamentos y autopartes, seguirá su curso y crecimiento alarmante, porque en nada preocupa a ministros, gobernadores, alcaldes y diputados que siguen amontonando riqueza a través del otorgamiento de compras y contratos a familiares y su pequeño entorno. Al resto de los venezolanos nos dejan el hambre y la discusión partidista generada por el proceso electoral para la escogencia de diputados. Al calor de la revolución madurista se ha fortalecido una oligarquía roja rojita que amasa gruesos volúmenes de dinero y disfruta libremente de su paraíso fiscal.

Aquí se escogerá entre candidatos corruptos, ya que así se acusan uno y otros. Destaca la acaudalada exministra para Asuntos Indígenas Nicia Maldonado por el PSUV, y la hermana del gobernador, Nirma Guarulla por la oposición. Ambas con tanto dinero como el gobernador Liborio Guarulla, convertido en quintas, vehículos y apartamentos.

El gobernador se elevó su sueldo de 24 a 60 mil bolívares en un año, mientras sus operadores políticos, devengan desde cuatro, hasta seis mil bolívares, condición por la que laboran doce mil trabajadores ahogados por la aguda crisis económica, en su mayoría indígenas. Nirma Guarulla es miembro de la Comisión de Asuntos Indígenas, pero en nada le preocupa la desnutrición infantil en el sector. Su hermano tiene alta cuota de responsabilidad por dedicar todo el dinero para compras y contratos que reintegran 20 por ciento de soborno. Jamás ha invertido dinero en programas agrícolas sostenibles o de fortalecimiento comunitario.

 

Andrés García Bolívar
Pastor iglesia evangélica: “El Evangelio Eterno”
Teléfono: 0416106l7319
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