Amazonas: un pedazo de Venezuela oculto en la selva
Visitar a Amazonas es arriesgar a quedarse. Al dejar atrás selvas de cemento e internarse montaña adentro, permitirá entender que está entrando a un mundo lleno de magia y esplendor. Es un estado de características particulares con exuberante vegetación, atrayentes riachuelos y cascadas que se desprenden del cielo.
Sus innumerables paisajes han encantado durante muchísimos años a visitantes y turistas. Amazonas es un pedazo del cielo que flota en el sur.
Nuestro estado, es el más austral de Venezuela, su extremo Sur está situado a menos un grado de latitud Norte. Es inmensa zona virgen, que ocupa la quinta parte del territorio nacional. Es una de las regiones más antiguas del globo, cuyas configuraciones le ha permitido conservar una relativa estabilidad ecológica a lo largo de la historia.
Amazonas, es un espacio de recursos hídricos, murales escénicos, forestales y turísticos, desde aquí serpentea lo ancho del país, el imponente Orinoco. Cascada milenaria, desprendida de las ventanas de los cielos derramándose sobre hermoso paisaje.
Conocer a Amazonas, es viajar al pasado remoto de nuestros aborígenes; pero también, es encontrar el futuro pujante de una gente con voluntad de realizar cambios profundos defendiendo su idiosincrasia y su medio ambiente.
En este estado nace el padre de los ríos, el serpenteante Orinoco, el río más grande de Venezuela, lo hace en el cerro Delgado Chalbaud y después de serpentear entre espesa selva, recorre 2.140 km. Deposita sus aguas en el océano Atlántico. El Orinoco es un vientre insaciable, la cuenca donde vierten sus aguas otros importantes ríos de la región, como el Ventuari de 474 km. con sus afluentes Uesete, Yatití, Parú, Asita, Manapiare, Marieta y Guapachí. El Ocamo (238 km.), con su afluente el río Putaco.
Hogar de Yanomamis
Una de las costumbres más curiosas y primitivas de esta etnia es la práctica del canibalismo endogámico como ritual sagrado: en una colectiva ceremonia funeraria se comen las cenizas de los huesos de su pariente muerto. Creen que en los huesos reside la energía vital de la persona fallecida y que al ingerir sus cenizas la reintegran al grupo familiar.
Utilizan la sustancia tóxica de unas plantas para impregnar las puntas de sus flechas. Este veneno (curare) paraliza al animal cazado sin alterar su conciencia ni la sensibilidad.
Las mujeres se adornan atravesando con un palo pequeño su tabique nasal y las comisuras de los labios. Utilizan también pinturas corporales. La etnia lleva siempre el mismo corte de pelo, con flequillo y la coronilla rasurada. Las cicatrices son muestra de valor y madurez. Tienen una pequeña estatura y sólo se visten con un cinturón tubular los hombres y un pequeño fleco las mujeres.
Venezuela es de Jesucristo
Andrés García Bolívar
Pastor iglesia evangélica: “El Evangelio Eterno”
Teléfono: 04161067319
Andresgarbo3510@gmail.com
Andresgarbo@hotmail.com
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