ADVERTENCIA AL PAPA FRANCISCO

07.04.2014 23:43

Puerto Ayacucho, Amazonas, Venezuela, 08 de abril del 2014

Ciudadano:

Jorge Mario Bergoglio

o Papa Francisco

Su despacho

Ciudad del Vaticano.

 

El Dios altísimo decidió limpiar la tierra de los miles de demonios que en nombre de Cristo son adorados en el mundo, confundiendo multitudes y naciones enteras que van al infierno por la ignorancia de sus pueblos.  Engañados por falsos sacerdotes que los arrastran tras otros dioses para apartarlos del recto camino del Dios viviente, que les dio la vida.

Dios demostrará al mundo que él existe, y él mismo que camina sobre el torbellino y la tempestad, como poderoso gigante defenderá su nombre y su pueblo, de todo hombre, organización, empresa o países, que agarrados del nombre de Cristo, se apropian del dinero de los más pobres en el mundo, ocultos tras su nombre encienden guerras, destruyen naciones, siembran peste y hambre bajo el falso argumento de defender la libertad, la autodeterminación, y los derechos humanos, apoyados en el trabajo sucio de la Iglesia Católica, cuyos activistas de derechos humanos en la ONU, OEA, dentro de los países, y otros organismos internacionales, son los primeros en torcer el derecho y quebrar la justicia con informes falsos para bombardear niños, mujeres, ancianos y pueblos que resisten la envestida de países poderosos que a la fuerza cargan con sus riquezas. Nada importar que la pobreza devore sus ciudadanos, y que sean sometidos por hambre.

Lo mismo hace dentro de los países la llamada Conferencia Episcopal, que como león rugiente se lanza contra los presidentes que invierten sus recursos para reducir la pobreza, marcando distancia de países poderosos que imponen políticas neoliberales. El Vaticano tiene como objetivo engañar el mundo haciendo ver que defiende los más pobres, cuando se está claro que su trabajo es en favor del capitalismo criminal para complacer la avaricia de los más ricos. Lo importante es amontonar riquezas para engordar los ojos del Papa.

Señores capitalistas y sacerdotes del diablo, llegó la hora de la justicia de Dios para venir con poder contra la débil fuerza de esos países llamados súper poderosos, y contra esa sinagoga de Satanás. De nada le servirá su millonario material bélico y su fuerte economía. Dios no da por inocente al culpable, y tiene poder invisible para destruir el imperio más poderoso de la tierra. En consecuencia su poder bélico caerá y su fuerte economía rodará por el piso. Lo que ustedes hicieron a los países más pobres, se hará contra ustedes, porque llenaron sus corazones de orgullo y prepotencia, se enaltecieron, aplastaron pueblos, doblegaron con guerra países inocentes. Su confianza fue puesta en su capital, se afincaron en la Iglesia Católica, olvidando que el diablo vino a hurtar, matar y destruir.

Dios no puede ser burlado. Observen como a nombre de Dios, la Iglesia Católica se apropia del dinero de comunidades indígenas, campesinas, privatiza escuelas públicas, centros asistenciales. Edifican lujosos y costosos templos en medios de pueblos pobres, donde junto a sus líderes, se congrega la élite de los países. Son reyes ignorantes en medio de pueblos ciegos, que no han salido de la oscuridad en que ellos los atrapan, al poner delante de ellos muñecos de barro, madera, yeso o hierro, hasta llenar el mundo, donde entregan pueblos y países enteros al infierno. “maldito el hombre que hiciere escultura o imagen de fundición, abominación a Jehová, obra de artífice, y la pusiere en oculto. Y todo el pueblo responderá y dirá: Amén” (Ex 27:15)

Cristo decidió cambiar la relación de poder en el mundo, marchando como varón de guerra delante de los países pobres contra los más ricos. Viene armado con espada afilada y de doble filo en su diestra, que hiere a derecha e izquierda. Los humildes crecerán en alegría, y aun los más pobres de los hombres se gozarán tras el Santo de Israel. Temblad naciones poderosas porque vuestra vanidad será destruida.

La señal de que esto se cumplirá, será  mostrarle al mundo que la Iglesia Católica es del diablo, y lo hará sembrando plaga de cáncer en el Vaticano, donde el Papa y los cuatro curas más importantes que le siguen en orden descendente, les caerá cáncer, y no hay hombre sobre la tierra que detenga ese juicio. Les recomiendo que comiencen desde ya, a llamar a todos sus curas, obispos, monseñores, cardenales y cuanto demonio tengan regado en el mundo, de esos que ellos llaman vírgenes y santos para que recen por ellos, con el fin de que la plaga de cáncer no caiga sobre el Vaticano.

De sus dioses responder y librarlos de este cáncer, entonces Dios está con ellos y que sobre mi venga la plaga de cáncer con todo las fuerzas y el poder destructivo del Dios de los Hebreos, pero de venir la enfermedad contra ellos, entonces son del diablo y en consecuencia Dios no está con la Iglesia Católica. Es la gran ramera de los capítulos 17 y 18 del libro del Apocalipsis.

Soy indígena, campesino, veguero, pobre y habitante de uno de los países que junto a Cuba, verá florecer su economía, claro está, después que sea superada la fuerte crisis alimentaria que estamos padeciendo. Desde mi chinchorro, en mi rancho, donde llevo más de doce años escudriñando Palabra y sirviéndole a Cristo, espero demostrar el poder de Dios para que el mundo comprenda que existe un solo Dios como se establece en la Biblia, Reyna Valera. Revisión de 1960. Ese Cristo está en contra de la idolatría que el Vaticano sembró en el mundo. “No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que está arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra” (Ex 20: 4).

Advierto además que otros demonios como los curas, adulteraron la Palabra de Cristo al distorsionar la Biblia, y al convertir la iglesia de Cristo en casas comerciales, donde unos venden a Cristo, y otros lo compran pagando diezmos, primicias y ofrendas, cuando el evangelio es gratuito. Hoy somos imitadores de Cristo, y el Señor nada obtuvo de nadie, contrariamente por fe, alimentó cinco mil primero y cuatro mil después, sin usar dinero. Los sacerdotes estamos obligados a trabajar para compartir con los hermanos, y no haya necesidad en la iglesia. (2Co 8: 14 y 15)

Amigo lector, arrepiéntete de tus pecados y sigue el recto camino de Jesucristo.

 

Andrés García Bolívar

Pastor iglesia evangélica: “El Evangelio Eterno”

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