¿OEA o el Judas Latinoamericano?
08.03.2016 06:25Esta organización nace con el propósito de afianzar la paz y la seguridad del continente, promoviendo y consolidando la democracia representativa dentro del respeto al principio de no intervención, pero progresivamente se convirtió en promotor de acciones encubiertas desestabilizando gobiernos populares y democráticos, a través de golpes de Estado, injerencias o dando cobertura a acciones en contra de aquellos gobiernos que no asuman la posición de Estados Unidos, cuya propuesta consiste en castigar con mano de hierro países que representen amenazas de expansión del comunismo, aunque cualquier lucha por la recuperación económica y la defensa de su soberanía, es vista como contraria a los principios de imposición del imperio.
Venezuela con Hugo Chávez Frías comenzó a reivindicar la lucha de los pobres de América, con base en la justicia, el ejercicio efectivo de la democracia y en una sincera y leal cooperación económica, lo que Estados Unidos interpreta como una amenaza a la soberanía e independencia política de los estados americanos, poniendo en peligro sus intereses, situación que obliga a echar del Palacio de Miraflores a quien no se sujete a las normas emanadas de Washington.
De allí que en nada debe extrañar las declaraciones del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, cuando manifestó su preocupación por la "situación humanitaria" que a su juicio enfrenta Venezuela y señaló que "a la democracia le hacen muy mal los presos políticos".
Tímidamente se pronunció por la situación humanitaria derivada de la escasez alimentaria y de medicamentos, cuando bien claro conoce que en Venezuela está en marcha un paro empresarial ordenado por Estados Unidos para sacar al presidente Nicolás Maduro y regresar a la vieja política impuesta por las familias petroleras norteamericanas, las más poderosas del planeta que obligan a los países a hacer uso de su dinero depositado en el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial o el Banco interamericano de Desarrollo.
Las políticas norteamericanas distan mucho de ser nobles: préstamos que sólo sirvieron para aumentar deudas externas, “industrialización”, es decir, explotar o apropiarse de los recursos de otros países, desnacionalización de industrias en pro del capital extranjero y las políticas de exportación que se encargan de crear un desequilibrado lazo de dependencia entre ambos territorios. Sin embargo, cada vez que esta unión forzada trata de romperse a través de reformas que pongan en riesgo los intereses norteamericanos, como la sustitución de importaciones para favorecer fábricas nacionales, el comercio de países latinoamericanos entre sí, son calladas de manera violenta y brutal por el gobierno estadounidense, cuyas políticas sólo benefician a los grandes empresarios y gobernantes, dejando a los más pobres en mayor miseria.
Destaca en las declaraciones de Almagro, su apoyo a la elite venezolana al solidarizarse con los presos políticos, de lo cual también tiene derecho, pero en nada habla de activar la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA, para contribuir en la suspensión del paro empresarial que asesina a miles de niños, madres y padres de familias pobres de este país, al no encontrar alimentos para el mantenimiento del hogar. Eso no preocupa al señor Almagro, cuando se trata del derecho humano que toda persona tiene a la alimentación.
Por otro lado observamos diputados a la Asamblea Nacional viajando a otros países con el propósito de solicitar la activación de la Carta Interamericana Democrática al gobierno venezolano, situación de por sí deplorable por hacerle el juego a Estados Unidos, además que demuestra la ambición de estos legisladores, no en resolver la situación económica del país, que bien pueden hacerlo suspendiendo el paro empresarial que ellos a la calladita convocaron, sino de echarle manos al presupuesto nacional para repartirse cargos, contratos de PDVSA y empresas básicas , porque no han presentado proyecto de país por ninguna parte, solo el deseo de llegar para complacer a sus socios norteamericanos.
No son precisamente las acciones emprendidas por una oposición que impulsa un paro empresarial y esconde la mano, las que nos permitirán crecer como pueblo, como todos los del mundo, merecedores de una vida justa y equitativa. Hay que seguir luchando hasta lograr la liberación total del imperio norteamericano y de la burguesía nacional que nos explotan y se adueñan de los recursos de todos.
Venezuela es de Jesucristo
Andrés García Bolívar
Pastor iglesia evangélica: “El Evangelio Eterno”
Teléfono: 04161067319
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